¿Quién dijo que los festivales están reservados únicamente para la época estival? En Montreal, el equipo de
Igloofest viene a rebatir esta creencia organizando por séptimo año consecutivo un festival de música electrónica invernal que
desafía las bajas temperaturas de las noches canadienses en un lugar de fácil acceso al público: el
embarcadero de Jacques Cartier, a orillas del río San Lorenzo.
Igloofest es un festival invernal no solo por las fechas en las que tiene lugar, cuatro fines de semana consecutivos entre el 17 de enero y el 9 de febrero, sino también por los dos escenarios donde se celebra: uno completamente expuesto a la intemperie y el otro al abrigo de una carpa en la que seguramente, siguiendo el espíritu del festival, seremos incapaces de quitarnos el abrigo puesto que no cuenta con ningún tipo de sistema para elevar la temperatura.
Aunque los organizadores hayan pensando en darnos un respiro instalando algunas fogatas en el recinto, donde poder tostar deliciosas marshmellows (nubes) y calentarnos las manos, en las noches invernales mas frías de Montreal la temperatura puede llegar a descender hasta los -20 °C, así que la vestimenta se convierte en un elemento clave de esta experiencia. Asumiendo que es imposible lucir palmito si se quiere sobrevivir a la velada, Igloofest invita a los asistentes a divertirse y apostar por los atuendos kitsch más estrafalarios posibles, jugando con gorros, pantalones, guantes y botas. Es posible encontrar todo tipo de personajes, desde aquellos que se decantan por un toque exótico a lo Dersu Uzala hasta los que, por el contrario, reciclan trajes de esquí de padres y abuelos, acompañándolos de complementos cuanto más llamativos mejor.
Igloofest se jacta de ser un festival que cada vez atrae a un público más internacional y variado. Para satisfacer a la audiencia, entre los artistas invitados encontraremos caras conocidas de la escena musical europea, como Miss Kittin, Joy Orbison o Joe Goddard, cofundador de Hot Chip, así como talentos del continente americano, como Wolf + Lamb y Josh Wink, que forman parte de un cartel que cuenta con alrededor 40 artistas.
